Tu manuscrito no está listo (Guía para autores, Parte I)
- Ataraxia

- 10 nov
- 3 Min. de lectura
Saludos, amantes de la lectura. Hoy queremos compartir con vosotros la primera entrega de una serie de artículos dedicados a todos aquellos que han escrito un libro, están en el proceso de hacerlo o se plantean escribirlo en algún momento. Puede que en el futuro hagamos una especie de parte 0 de la serie centrada en el proceso de escritura, pero ahora vamos a centrarnos en lo que viene una vez terminado el libro.
La mayoría de escritores crean su primera obra de forma independiente y sin contrato previo, lo cual da lugar a libros escritos por pasión, con formatos menos encorsetados y más ideas originales. Sin embargo, también por ello es muy probable que al acabar no sepan qué hacer con su manuscrito. Aunque rubricar la última palabra de una novela es un logro indiscutible, que requiere de gran dedicación, es sólo el primer paso del camino editorial. Así que vamos a ahondar en ese proceso y a dar algunos consejos útiles para hacerlo más fácil y evitar errores comunes.

¿Está realmente terminado tu libro?
Vale, ya has puesto el punto y final, quizás incluso hayas escrito la palabra FIN así, con mayúsculas y en negrita. A lo mejor hasta has diseñado una portada con una imagen hecha con inteligencia artificial o sacada de internet. El cuerpo te pide publicar tu obra cuanto antes para ser colmado de elogios, premios y dinero. Pero antes de lanzarte a la piscina, es importante que te preguntes de nuevo, con toda la honestidad posible, si el libro está realmente acabado y estás frente a su mejor versión.
A no ser que las musas hayan guiado vicariamente tu pluma, lo más normal es que lo que tengas entre manos sea el primer borrador del manuscrito y no la obra definitiva. Para poder valorarlo, es imprescindible que vuelvas a leer el texto con ojos críticos para juzgar cuál es el margen de mejora que tiene. En ocasiones, es recomendable dejarlo reposar: aunque suene raro, abandonar el proceso por un tiempo puede hacer que vuelvas con una mirada más fresca y menos emocional, ayudándote a detectar más errores o repeticiones innecesarias.

Durante la primera revisión, lo importante es que pongas el foco en aspectos estructurales: si la historia tiene ritmo, si los personajes son coherentes y si hace falta eliminar capítulos, reescribir diálogos o reorganizar escenas. La corrección ortotipográfica y de estilo la puedes dejar para más adelante, o incluso contratar a un corrector profesional cuando el manuscrito esté listo.
Lectores beta
Una vez tengas una versión un poco más pulida de tu obra, es el momento de buscar una opinión externa, alguien que pueda leer el libro con más distancia y menos sesgos que el autor. A veces basta con que varias personas te señalen alguna contradicción en la historia para darte cuenta de que hay algo que no funciona como pensabas.
Aquí hay muchas opciones, desde otros escritores o lectores habituales hasta grupos de lectura o comunidades literarias. Lo importante es que les hagas ver que necesitas que hagan una lectura crítica y que no tengan miedo de exponer problemas, partes de la trama que les parezcan aburridas o cualquier aspecto negativo del libro con sinceridad.

Si quieres ir un paso más allá, la mejor opción es contratar a un lector profesional que te haga un informe de lectura editorial. Además de ser una opinión más experta, te dará criterios técnicos a mejorar que pueden llevar tu obra al siguiente nivel y aumentar sus posibilidades de éxito en el mundo literario.
Cuando el libro esté en condiciones óptimas, ya podemos empezar a hablar de cómo publicarlo. Para ello hay muchas opciones, entre las que destacan dos formas principales: la autopublicación y la edición tradicional. Pero eso lo trataremos en el próximo artículo de la serie, así que estate pendiente de nuestro blog y síguenos en Instagram para no perderte ninguna de nuestras novedades.



